Dictamen del Comité contra la Tortura en virtud del
artículo 22 de la Convención contra la Tortura y
Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes
- 20º período de sesiones -
Comunicación Nº 89/1997
Presentada por: A. F. [representado por un abogado]
Presunta víctima: El autor
Estado Parte: Suecia
Fecha de la comunicación: 3 de septiembre de 1997
El Comité contra la Tortura, creado en virtud del artículo 17
de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos
o Degradantes,
Reunido el 8 de mayo de 1998,
Habiendo concluido el examen de la comunicación Nº 89/1997, presentada
al Comité contra la Tortura con arreglo al artículo 22 de la Convención
contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes,
Habiendo tenido en cuenta toda la información que le han presentado el
autor de la comunicación, su abogado y el Estado Parte,
Aprueba el siguiente dictamen a tenor del párrafo 7 del artículo
22 de la Convención:
1. El autor de la comunicación es el Sr. A. F., ciudadano iraní
nacido el 16 de diciembre de 1969 que reside actualmente en Suecia, donde ha
solicitado asilo. Alega que su devolución forzada al Irán constituiría
una violación por Suecia del artículo 3 de la Convención
contra la Tortura. El Sr. A. F. está representado por una abogada.
Los hechos expuestos por el autor
2.1. El autor afirma que pertenece a una familia que actúa en política
y que su padre era dirigente comunista local del Partido Tudeh ya en 1963. Después
de estar preso y haber sido perseguido por sus actividades políticas,
el padre pasó a la clandestinidad en 1989 y pidió al autor que
ocultara determinados documentos. Después que su padre desapareció,
la casa familiar fue allanada en muchas ocasiones por los pasdaran, guardianes
de la revolución, por lo que la madre del autor huyó a Suecia
para reunirse con su hija menor. Posteriormente la madre obtuvo permiso de residencia
por razones de reunión de la familia.
2.2. En 1989 el autor se afilió a Nehzat Azadi (Movimiento de la Libertad),
movimiento nacionalista liberal cuyo objetivo era una interpretación
moderna del islam. El autor explica que anteriormente el movimiento era tolerado
oficialmente por el régimen, pero que sus miembros eran objeto de diversas
formas de hostigamiento. Finalmente, en 1990/1991 el movimiento fue declarado
ilegal por el Gobierno. Pronto se confió al autor la dirección
de un grupo de 30 miembros dividido en subgrupos encargados de producir y distribuir
volantes y hojas de propaganda. Además, en su carácter de líder
del grupo, el autor tenía la responsabilidad de reclutar a los nuevos
miembros de la organización. El autor explica que esa tarea era peligrosa
y que en una ocasión los pasdaran sorprendieron a uno de los subgrupos
que distribuiría volantes. Uno de los miembros fue muerto a tiros en
el acto y los demás lograron escapar.
2.3. En 1991 el autor fue suspendido de la universidad por no respetar las normas
islámicas. El autor cree que la universidad había descubierto
que él estaba tratando de reclutar a nuevos miembros en la universidad
y que los pasdaran lo habían detenido varias veces por haber participado
en reuniones organizadas por el partido. A veces los dirigentes del Movimiento
de la Libertad organizaban reuniones de 25 a 30 participantes, para celebrar
debates políticos e ideológicos y examinar las actividades sobre
el terreno. Los pasdaran solían irrumpir en esas reuniones y, según
el autor, lo detuvieron y encarcelaron unas 30 veces, pero siempre lo dejaban
en libertad por falta de pruebas.
2.4. Al cabo de cierto tiempo el autor se sintió decepcionado por la
cautelosa actitud del partido y junto con su superior inmediato y su grupo empezó
a propiciar una política más radical. Durante una reunión
celebrada el 23 de octubre de 1993, en que se debatía un nuevo texto
radical para un volante, los pasdaran irrumpieron y todos fueron detenidos.
El autor y sus colegas fueron llevados a la cárcel de Evin para ser interrogados.
Durante el interrogatorio le dijeron al autor que se había encontrado
el texto del volante en poder de su superior inmediato, que había sido
ejecutado. El autor fue interrogado sobre su función en el Movimiento
de la Libertad y sobre el paradero de su padre. Según se alega, durante
el interrogatorio el autor fue torturado. El autor afirma que lo golpearon severamente,
que al principio lo mantuvieron en una celda de un metro cuadrado y después
lo llevaron a otra que compartía con otros cinco presos. Le habían
roto las costillas, tenía heridas en la espalda y le habían arrancado
una uña. Además, lo sometieron a un simulacro de ejecución.
Junto con dos de sus compañeros de celda fue llevado ante un pelotón
de ejecución. Los otros dos presos fueron ejecutados, mientras que a
él le dispararon con balas falsas. Un mes después lo pusieron
en libertad sin juicio, pero advirtiéndole que si volvía a participar
en actividades políticas lo ejecutarían. El autor cree que su
puesta en libertad se debió a que no había hecho ninguna confesión
y que las autoridades deseaban vigilarlo en la esperanza de que a la larga les
mostraría el paradero de su padre y otros miembros del grupo.
2.5. Después de ser puesto en libertad, el autor se abstuvo de toda actividad
política, pero con el tiempo empezó a escribir volantes denunciando
las condiciones de encarcelamiento en Evin. Cuando se enteró de que la
policía estaba al corriente de sus actividades y que algunos miembros
de su grupo habían sido detenidos, decidió salir del país.
El autor seguía teniendo pasaporte y logró prorrogar su validez
mediante sobornos. Con ayuda de un contacto que tenía en el Departamento
de Justicia pudo obtener un permiso de salida.
2.6. El autor llegó a Suecia el 6 de febrero de 1995 y se reunió
con su familia. El 23 de febrero de 1995 solicitó asilo. El 21 de abril
de 1995 la Junta Nacional de Inmigración rechazó su solicitud
de asilo. El 7 de febrero de 1996 la Junta de Apelación de Extranjería
rechazó el recurso presentado. El 27 de marzo de 1996 la Junta de Apelación
rechazó una nueva solicitud y el 24 de febrero de 1997 rechazó
otra, que se basaba en las actividades políticas llevadas a cabo por
el autor en Suecia. El autor presentó una cuarta solicitud, basándose
en los testimonios médicos del Centro de Supervivientes del Trauma de
la Tortura de Estocolmo, pero la solicitud fue rechazada el 27 de julio de 1997.
2.7. Al llegar a Suecia el autor se puso en contacto con organizaciones iraníes
en el exilio y se afilió al Movimiento Socialdemócrata Iraní.
En Suecia el autor ha participado en reuniones y manifestaciones y ha expresado
públicamente opiniones críticas sobre el Gobierno iraní.
Además, se encarga de la publicación del periódico de la
organización. El autor afirma asimismo que continuó su labor enviando
material político al Irán mediante lo que consideraba como un
canal de comunicación seguro, en el que participaban su hermana y un
amigo. Según el autor, tanto el amigo como la hermana fueron detenidos
por los pasdaran. Al presentarse esta comunicación la hermana seguía
presa.
La denuncia
3.1. La abogada del autor sostiene que, dada la prohibición absoluta
de expulsar a una persona a un país en que corra el riesgo de ser torturada,
y dado que, si el relato del autor es veraz, hay razones fundadas para creer
que estaría en peligro de ser sometido a tortura a su regreso, éste
sólo podría ser devuelto al Irán si hubiera dudas más
que fundadas de que sus afirmaciones son falsas. De no ser así, según
la abogada, debería otorgarse al solicitante de asilo el beneficio de
la duda, cuando menos porque en el Irán existe un cuadro persistente
de violaciones manifiestas y masivas de los derechos humanos.
3.2. El autor afirma que existe un peligro real de que lo torturen o que su
seguridad esté en peligro si lo devuelven a su país. Recuerda
asimismo que pertenece a una familia que actúa en política y que
ha sido encarcelado y torturado por su activa participación en el Movimiento
de la Libertad, partido nacionalista liberal declarado ilegal y contrario a
la Constitución por el Gobierno en 1990/1991. Es bien sabido que los
miembros de la oposición política cuyo objetivo es el derrocamiento
del Gobierno son severamente perseguidos. Al respecto, el autor menciona, entre
otros, los informes del Representante Especial de la Comisión de Derechos
Humanos sobre la situación de los derechos humanos en la República
Islámica del Irán, que dan cuenta de la constante violación
de todos los derechos fundamentales.
3.3. La abogada recuerda que en el informe médico forense preparado y
presentado por el Centro de Supervivientes del Trauma de la Tortura, de Estocolmo
se indica que las conclusiones coinciden totalmente con las alegaciones del
autor sobre tortura y malos tratos. Además, según el informe médico,
el autor sufre de estrés postraumático.
Observaciones del Estado Parte
4.1. En una comunicación de 28 de noviembre de 1997 el Estado Parte informa
al Comité de que a raíz de la petición que éste
presentó con arreglo al párrafo 9 del artículo 108, la
Junta Nacional de Inmigración ha decidido aplazar el cumplimiento de
la orden de expulsión del autor mientras el Comité esté
examinando la comunicación.
4.2. En cuanto al procedimiento interno, el Estado Parte explica que las disposiciones
básicas relativas al derecho de los extranjeros a entrar y permanecer
en Suecia figuran en la Ley de extranjería de 1989, enmendada el 1º
de enero de 1997. Para determinar el estatuto de refugiado hay normalmente dos
instancias: la Junta Nacional de Inmigración y la Junta de Apelación
de Extranjería. En casos excepcionales cualquiera de las dos pueden remitir
una solicitud al Gobierno. Al respecto, el Estado Parte explica que el Gobierno
no tiene ninguna jurisdicción propia en los casos que no le hayan sido
remitidos por alguna de las dos juntas. Las juntas adoptan de manera independiente
la decisión de remitir un caso dado al Gobierno. El Estado Parte aclara
que la Constitución sueca prohíbe toda injerencia del Gobierno,
el Parlamento o cualquier otra autoridad pública en la toma de decisiones
de los organismos administrativos en los casos concretos. Según el Estado
Parte, a ese respecto la Junta Nacional de Inmigración y la Junta de
Apelación de Extranjería disfrutan de la misma independencia que
los tribunales.
4.3. La Ley de extranjería se enmendó con efecto a partir de enero
de 1997. Según la ley enmendada (capítulo 3, artículo 4,
junto con el artículo 3), todo extranjero tiene derecho a un permiso
de residencia si teme fundadamente ser condenado a muerte o a una pena corporal,
o sometido a torturas u otros tratos o penas inhumanos o degradantes. De conformidad
con el apartado b) del artículo 5 del capítulo 2 de la ley, el
extranjero a quien se niega la entrada puede volver a solicitar un permiso de
residencia si la solicitud se basa en circunstancias no examinadas anteriormente
en el caso y si el extranjero tiene derecho a solicitar asilo en Suecia o si
la ejecución de la decisión de negarle la entrada o de expulsarlo
atenta contra los principios humanitarios. Las autoridades administrativas no
pueden evaluar las nuevas circunstancias de oficio, sino únicamente a
solicitud de parte.
4.4. El artículo 1 del capítulo 8 de la ley, que corresponde al
artículo 3 de la Convención contra la Tortura, ha sido enmendado
y dispone ahora que el extranjero al que se haya negado la entrada al país
o que deba ser expulsado de él nunca podrá ser enviado a ningún
país en que haya razones fundadas (anteriormente razones sólidas)
para creer que estaría en peligro de ser condenado a muerte o a una pena
corporal, o de ser sometido a tortura u otros tratos o penas inhumanos o degradantes
(el texto en bastardilla se ha añadido), ni tampoco a ningún país
donde no disfrute de protección contra su envío a otro país
en que esté en ese peligro.
4.5. En cuanto a la admisibilidad de la comunicación, el Estado Parte
ignora si esa cuestión ha sido presentada a otra instancia internacional
de investigación o solución internacional. Explica que el autor
puede presentar en cualquier momento una nueva solicitud a la Junta de Apelación
de Extranjería para que vuelva a examinar su caso, sobre la base de nuevas
circunstancias concretas. Por último, sostiene que la comunicación
es inadmisible por ser incompatible con las disposiciones de la Convención.
4.6. En cuanto al fondo de la comunicación, el Estado Parte se remite
a la jurisprudencia del Comité en los casos Mutombo c. Suiza Comunicación
Nº 13/1993 (CAT/C/12/D/13/1993), dictamen aprobado el 27 de abril de 1994.
y Ernesto Gorki Tapia Paez c. Suecia Comunicación Nº 39/1996 (CAT/C/18/39/1996),
dictamen aprobado el 7 de mayo de 1997., y a los criterios establecidos por
el Comité, a saber, en primer lugar, que la persona debe estar personalmente
en peligro de ser torturada y, en segundo lugar, que las torturas deben ser
una consecuencia necesaria y previsible de la devolución de la persona
a su país.
4.7. El Estado Parte reitera que, al determinar si el artículo 3 de la
Convención es aplicable, son pertinentes las siguientes consideraciones:
a) la situación general de los derechos humanos en el país receptor,
aunque la existencia de un cuadro persistente de violaciones manifiestas, patentes
o masivas de los derechos humanos no es determinante en sí; b) el riesgo
personal del interesado de ser torturado en el país al que sería
devuelto; y c) el riesgo de que la persona sea torturada si se la devuelve debe
ser una consecuencia previsible y necesaria. El Estado Parte recuerda que la
mera posibilidad de que una persona sea torturada en su país de origen
no basta para prohibir su devolución por ser incompatible con el artículo
3 de la Convención.
4.8. El Estado Parte afirma que tiene conciencia de que el Irán, según
se informa, es uno de los principales países violadores de los derechos
humanos y de que no hay indicios de mejora. En su opinión, incumbe al
Comité determinar si la situación en el Irán constituye
un cuadro persistente de violaciones manifiestas, patentes o masivas de los
derechos humanos.
4.9. En cuanto a su evaluación de si el autor estaría personalmente
en peligro de ser torturado si fuera devuelto al Irán, el Estado Parte
confía en la evaluación de los hechos y las pruebas por la Junta
Nacional de Inmigración y la Junta de Apelación de Extranjería.
En su decisión de 21 de abril de 1995 la Junta Nacional de Inmigración
concluyó que los elementos proporcionados por el autor hacían
dudar de la credibilidad de éste. En su decisión de 7 de febrero
de 1996 la Junta de Apelación de Extranjería también concluyó
que las circunstancias invocadas por el autor durante la apelación no
eran dignas de crédito.
4.10. El 27 de marzo de 1996 la Junta de Apelación de Extranjería
rechazó una nueva solicitud de permiso de residencia presentada por el
autor basándose en que había actuado en política desde
su llegada a Suecia e invocando además razones humanitarias debidas al
estado de salud de su madre. La solicitud fue rechazada por la Junta de Apelación
de Extranjería, porque las circunstancias invocadas por el autor ya habían
sido examinadas en la anterior decisión. El 24 de febrero de 1997 la
Junta de Apelación de Extranjería rechazó una segunda solicitud,
en que el autor afirmaba que, después de llegar a Suecia, había
enviado material político al Irán para su distribución.
Según alegó, la procedencia de la correspondencia que el autor
había enviado por intermedio de su hermana y otro contacto había
sido identificada por las autoridades iraníes y, posteriormente, su hermana
había sido interrogada y encarcelada. La solicitud fue rechazada por
la Junta, que señaló que, por el conocimiento que tenía
de las actividades antigubernamentales en el Irán y la distribución
en ese país de material político, no se consideraba verosímil
que el autor se expondría y expondría a su hermana a ese riesgo
utilizando un canal de comunicación personal para distribuir el mencionado
material en el Irán.
4.11. Finalmente, el 25 de julio de 1997 la Junta de Apelación de Extranjería
examinó una tercera solicitud presentada por el autor, en que éste
mencionaba el informe sobre un examen realizado por el Centro de Supervivientes
del Trauma de la Tortura, según el cual no cabía duda de que el
autor había sido torturado y que había concordancia entre la pericia
médica forense, las alegaciones del paciente y el propio cuadro clínico
de estrés postraumático establecido en la pericia. La solicitud
fue rechazada por la Junta porque ésta ya había examinado la cuestión
del encarcelamiento y la presunta tortura del autor. Ya en su decisión
inicial de 7 de febrero de 1996 la Junta de Apelación afirmaba que, en
vista de la falta de credibilidad del autor en la cuestión mencionada,
la Junta no consideraba que hubiera motivos para otorgar crédito a su
afirmación de que las lesiones habían sido provocadas por malos
tratos o actos de tortura.
4.12. El Estado Parte señala a la atención del Comité los
principales elementos del relato del autor que plantean dudas en cuanto a la
credibilidad de éste. En primer lugar, el autor viajó a Suecia
desde el Irán con un pasaporte auténtico y válido. Teniendo
en cuenta que el autor fue puesto en libertad sin juicio un mes después
de ser detenido por las autoridades iraníes y que las autoridades ya
conocían las actividades políticas de su padre al ser detenido
el autor, la Junta Nacional de Inmigración y la Junta de Apelación
de Extranjería pusieron en tela de juicio la credibilidad del autor en
cuanto a la afirmación de que se había recurrido al soborno para
hacerlo salir del Irán. Por lo tanto, no hay motivos para creer que el
autor interese especialmente a las autoridades iraníes. En segundo lugar,
en su apelación ante la Junta de Apelación de Extranjería,
el autor mencionaba, entre otras cosas, una correspondencia interna de las autoridades
iraníes relativa a su orden de detención. El Estado Parte sostiene
que el autor no ha podido explicar satisfactoriamente la forma en que pasaron
a su poder documentos originales que evidentemente eran de circulación
interna. Además, no hay nada que pruebe la alegación del autor
de que ha enviado material político al Irán para su distribución.
Por último, cabe señalar que el autor no pidió asilo sino
hasta casi dos semanas después de llegar a Suecia, lo que indica que
no necesitaba protección inmediata.
4.13. El Estado Parte concluye que, dadas las circunstancias, la devolución
del autor al Irán no tendría la consecuencia previsible y necesaria
de exponerlo a un riesgo real de tortura, por lo que la ejecución de
la orden de expulsión del autor no constituiría una violación
del artículo 3 de la Convención.
4.14. A modo de conclusión, el Estado Parte señala que el Comité
ha declarado que existe violación del artículo 3 en todos los
casos contra Suecia que ha examinado hasta ahora en cuanto al fondo. Al respecto,
señala que sus autoridades de inmigración tienen una experiencia
considerable, que incluye difíciles evaluaciones sobre la credibilidad
de la información presentada. Además, conocen muy bien la situación
de los derechos humanos en distintos países. El Estado Parte también
recuerda que el criterio aplicado por la Comisión Europea de Derechos
Humanos en virtud de lo dispuesto en el artículo 3 del Convenio Europeo
para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales
es en principio el mismo que el aplicado por el Comité en virtud del
artículo 3 de la Convención contra la Tortura. En cambio, la Comisión
Europea ha declarado inadmisible la mayoría de las denuncias contra Suecia
por ser manifiestamente infundadas. El Estado Parte expresa su preocupación
por una posible interpretación contradictoria de las normas de ambos
instrumentos de derechos humanos en relación con lo que es fundamentalmente
el mismo derecho. El Estado Parte aduce que la divergencia de normas en esa
esfera crearía graves problemas a los Estados que han declarado regirse
por ambos instrumentos. Si la jurisprudencia internacional fuera contradictoria,
los Estados tendrían problemas para adaptarse a ella. Según el
Estado Parte, una jurisprudencia contradictoria también podría
afectar gravemente la credibilidad general del sistema de protección
de los derechos humanos en el ámbito internacional.
Comentarios de la abogada
5.1. En sus comentarios sobre la exposición del Estado Parte, la abogada
señala a la atención del Comité que el autor ya ha presentado
ante la Junta de Apelación de Extranjería tres de las llamadas
solicitudes nuevas. No existen ahora nuevas circunstancias que puedan invocarse,
lo que es un requisito para que la Junta de Apelación examine una nueva
solicitud. Por consiguiente, se han agotado todos los recursos internos.
5.2. La abogada recuerda que en el presente caso las autoridades suecas de inmigración
no han impugnado directamente el hecho de que el autor haya participado en el
Movimiento de la Libertad en el Irán y haya estado preso un mes sin juicio,
como tampoco parecen poner en duda los antecedentes políticos de su padre.
Las autoridades suecas basan enteramente sus decisiones en una evaluación
arbitraria de la credibilidad general del autor. Según la abogada, los
argumentos utilizados por las autoridades para rechazar la solicitud de asilo
del autor son estereotipados y se encuentran en casi todas las decisiones de
rechazo. Por consiguiente, cualquier incoherencia o contradicción en
el relato del autor se utiliza como fundamento del juicio a priori de las autoridades
de que el autor no es digno de crédito, aunque es difícil esperar
exactitud total en las víctimas de la tortura.
5.3. La abogada señala que el principal argumento de las autoridades
de inmigración es que el autor no es digno de crédito porque:
a) ha salido del Irán con un pasaporte válido; b) ha obtenido
un visado legal de salida; y c) ha hecho prorrogar legalmente la validez de
su pasaporte. La abogada también señala que el autor ha proporcionado
una explicación creíble y coherente de la forma en que utilizó
el soborno y la influencia de un contacto personal en las fuerzas de seguridad
para poder salir con un pasaporte válido. Las autoridades de inmigración
rechazaron la explicación alegando que no era creíble, a pesar
de que en el informe de una visita efectuada al Irán en 1993 por representantes
de la Junta de Apelación de Extranjería En la delegación
que preparó el informe participaron el entonces Director General de la
Junta de Apelación y la abogada del presente caso, que en ese momento
trabajaba para las autoridades de inmigración. se indique que, según
el abogado iraní contratado ordinariamente por la Embajada de Suecia
en Teherán, es difícil, aunque posible, sobornar a alguien para
salir del Irán, en la forma que sugiere el autor.
5.4. La abogada sostiene además que el autor ha presentado explicaciones
razonables sobre la forma en que pudo adquirir documentos originales (un ejemplar
de la orden de detención) destinados a la circulación interna
entre las autoridades iraníes. Según el autor, éste se
puso en contacto con amigos en el Irán que lograron obtener el documento
en cuestión mediante sobornos y la información así proporcionada
por el autor coincide con la facilitada anteriormente por el abogado iraní
contratado por la Embajada de Suecia en Teherán. El autor ha hecho asimismo
un relato detallado del canal de comunicación utilizado para enviar material
político conflictivo al Irán para su distribución.
5.5. La abogada concluye que el autor ha presentado pruebas suficientes de su
actividad política en Nezat Azadi (Movimiento de la Libertad) en el Irán
y que las autoridades iraníes lo conocen bien; que estuvo encarcelado
y fue torturado y maltratado por sus actividades políticas; que también
realizó actividades políticas contra el régimen iraní
después de llegar a Suecia y, finalmente, que la situación de
los derechos humanos en el Irán es deplorable y los activistas políticos
están en grave peligro de ser perseguidos. Por consiguiente, la abogada
alega que la devolución del autor al Irán tendría la consecuencia
previsible y necesaria de exponerlo a un riesgo real de encarcelamiento y tortura.
Cuestiones materiales y procesales de previo pronunciamiento
6.1. Antes de examinar las denuncias que figuran en una comunicación,
el Comité contra la Tortura debe decidir si la comunicación es
admisible en virtud del artículo 22 de la Convención. El Comité
se ha cerciorado, como tiene la obligación de hacerlo en virtud del apartado
a) del párrafo 5 del artículo 22 de la Convención, de que
la misma cuestión no ha sido ni está siendo examinada según
otro procedimiento de investigación o solución internacional.
El Comité observa asimismo que se han agotado todos los recursos de la
jurisdicción interna y concluye que no hay otros obstáculos para
declarar admisible la comunicación. Como tanto el Estado Parte como la
abogada del autor han formulado observaciones sobre el fondo de la comunicación,
el Comité pasa inmediatamente a examinarla en cuanto al fondo.
6.2. La cuestión que tiene ante sí el Comité es si la devolución
forzada del autor al Irán violaría la obligación que Suecia
ha contraído en virtud del artículo 3 de la Convención
de no expulsar ni devolver a una persona a otro Estado cuando haya razones fundadas
para creer que estaría en peligro de ser sometida a tortura.
6.3. De conformidad con el párrafo 1 del artículo 3, el Comité
debe decidir si hay razones fundadas para creer que el autor estaría
en peligro de ser sometido a tortura a su regreso al Irán. Para adoptar
esa decisión el Comité debe tener en cuenta todas las consideraciones
pertinentes, de conformidad con el párrafo 2 del artículo 3, incluso
la existencia de un cuadro persistente de violaciones manifiestas, patentes
o masivas de los derechos humanos. Sin embargo, la finalidad de la decisión
es establecer si el interesado está personalmente en peligro de ser sometido
a tortura en el país al que regresa. De ello se desprende que la existencia
de un cuadro persistente de violaciones manifiestas, patentes o masivas de los
derechos humanos en un país no constituye en sí un motivo suficiente
para decidir si determinada persona está en peligro de ser sometida a
tortura al regresar a ese país; deben existir motivos concretos que indiquen
que el interesado está personalmente en peligro. Análogamente,
la falta de un cuadro persistente de violaciones manifiestas de los derechos
humanos no significa que se pueda considerar que una persona no esté
en peligro de ser sometida a tortura en su caso concreto.
6.4. El Comité ha tomado nota de la afirmación del Estado Parte
de que sus autoridades aplican prácticamente el mismo criterio que el
establecido en el artículo 3 de la Convención para decidir si
una persona puede ser expulsada. Sin embargo, el Comité observa que en
el caso del autor el texto de las decisiones adoptadas por la Junta Nacional
de Inmigración (21 de abril de 1995) y la Junta de Apelación de
Extranjería (7 de febrero de 1996, 27 de marzo de 1996, 24 de febrero
de 1997 y 27 de julio de 1997) no muestra que el criterio establecido en el
artículo 3 de la Convención (y recogido en el artículo
1 del capítulo 8 de la Ley de extranjería de 1989, en su forma
enmendada) se haya aplicado de hecho en su caso.
6.5. En el caso del autor el Comité considera que los antecedentes familiares
del autor, sus actividades políticas y su afiliación al Movimiento
de la Libertad, así como sus antecedentes de encarcelamiento y tortura
deben tenerse en cuenta para determinar si está en peligro de ser sometido
a tortura a su regreso al país. El Estado Parte ha señalado determinados
aspectos del relato del autor que harían surgir dudas sobre la credibilidad
de éste, pero el Comité considera que la exposición de
los hechos por el autor no suscita dudas importantes en cuanto a la verosimilitud
general de sus alegaciones. A este respecto, el Comité se remite especialmente
a la existencia de pruebas médicas que demuestran que el autor sufre
de estrés postraumático y apoyan la alegación del autor
de que anteriormente fue torturado durante su detención.
6.6. El Comité es consciente de la gravedad de la situación de
los derechos humanos en el Irán de la cual ha informado a la Comisión
de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, entre otros, el Representante Especial
de la Comisión sobre la situación de los derechos humanos en la
República Islámica del Irán. El Comité toma nota
de la preocupación expresada por la Comisión, en particular respecto
al elevado número de ejecuciones, casos de tortura y tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes.
6.7. Dadas las circunstancias, el Comité considera que existen razones
fundadas para creer que el autor estaría en peligro de ser sometido a
tortura si fuera devuelto al Irán.
7. A la luz de lo antedicho, el Comité opina que, en las circunstancias
actuales, el Estado Parte debe abstenerse de devolver por la fuerza al Sr. A.
F. al Irán, o a cualquier otro país en que esté en peligro
real de ser expulsado o devuelto al Irán.
[Hecho en español, francés, inglés y ruso, siendo la inglesa la versión original.]