Bosnia y Herzegovina
732. El Comité examinó el informe de Bosnia y Herzegovina en su
253ª sesión, celebrada el 1º de febrero (véase CEDAW/C/SR.253).
733. La representante de Bosnia y Herzegovina presentó un informe oral,
en el que ratificó la adhesión de su país a la Convención
y a todos los demás tratados internacionales de derechos humanos. Se
refirió al sufrimiento sin precedentes de los civiles de su país
en los últimos 21 meses como resultado de la agresión de las fuerzas
armadas regulares e irregulares de Serbia y Montenegro y de sus personeros en
Bosnia, y de parte de las fuerzas armadas del Consejo de Defensa Croata comandado
por nacionalistas extremistas y con la activa participación y el apoyo
de hombres y equipo militar de determinadas partes de las fuerzas armadas regulares
de Croacia. Miles de personas habían perecido o tenían un paradero
desconocido; había miles de heridos, discapacitados, desaparecidos o
muertos de hambre, frío y enfermedades; miles se habían visto
obligados a abandonar sus hogares y sus tierras, y a menudo perdían a
su familia y a sus amigos. En su propósito de lograr la depuración
étnica, que era la causa directa de la inmensa mayoría de las
burdas violaciones de los derechos humanos, las atrocidades de diversa índole
y la imposición del terror a la población, los agresores serbios
y los extremistas croatas violaban las normas internacionales legislativas de
la conducta humana. Numerosas ciudades, lugares de culto y monumentos de la
cultura habían quedado destruidos. También se habían destruido
viviendas, tiendas y centros comerciales. Como confirmaba el sinnúmero
de informes de los equipos, comisiones y grupos de investigación intergubernamentales
y no gubernamentales, los refugiados en los campamentos de detención
se veían expuestos, en la mayoría de los casos, al terror, la
tortura y la humillación. Incluso en las denominadas "zonas protegidas"
por las Naciones Unidas vivían en condiciones inhumanas, expuestos al
bombardeo indiscriminado, al hambre y al constante temor.
734. Se refirió además a las violaciones en masa y sistemáticas
de mujeres de todas las edades que no fueran serbias, y recalcó que la
mayoría habían sido musulmanas, como una de las manifestaciones
más complejas de agresión, de la política de depuración
étnica y como forma particular de genocidio. Según la Comisión
Estatal, en Bosnia y Herzegovina se habían registrado aproximadamente
25.000 víctimas. La mujer había sido víctima también
de deportación y detención en masa en la mayoría de los
200 campamentos inscritos en los territorios ocupados. Esos campamentos eran
escenario de violaciones en gran escala, prostitución forzosa y otros
abusos. La representante señaló ejemplos de campamentos, restaurantes
y hoteles donde ocurrían esos abusos a escala masiva. En algunos casos,
la mujer era asesinada después de ser violada, o bien desaparecía
o se suicidaba. Esas actividades eran premeditadas, cuidadosamente organizadas
y su finalidad era humillar, avergonzar y degradar a todo el grupo étnico.
No eran simples productos del "ambiente de guerra". Algunos actos
de violencia contra la integridad de la mujer ocurrían frente a sus propios
familiares o incluso ante su comunidad local. Hizo mención además
de los informes de expertos, presentados a la Asamblea General o al Consejo
de Seguridad, por ejemplo, el informe del Relator Especial (A/48/92; S/25341),
así como a las resoluciones pertinentes de esos órganos (A/48/143
de la Asamblea General y resoluciones del Consejo de Seguridad 780 (1992) y
798 (1992)), en las que se condenaba enérgicamente esos actos y se señalaban
las consecuencias de esos delitos para sus víctimas, como el embarazo
indeseado que terminaba fundamentalmente en abortos; el daño físico
y psicológico que arruinaba a su familia, a su vida social y privada,
así como a su salud y bienestar. Para la nación significaba la
humillación y la desintegración de la tradición y la cultura.
Con miras a prestar asistencia a las víctimas, el Gobierno se había
comprometido a protegerlas, centrando su atención en la ayuda financiera,
médica y psicoterapéutica, así como en la prevención
de cualquier forma de discriminación y en prestarles asistencia para
su reintegración a la sociedad. Esta cuestión se abordó
en los trabajos de algunas organizaciones no gubernamentales, y se habían
abierto diversos centros para prestar asistencia a las mujeres con trauma.
735. Se refirió además a la situación de los refugiados
que se encuentran en inminente peligro mientras huyen de las zonas de conflicto
armado o mientras las atraviesan, y que viven en condiciones muy difíciles
en los campamentos de refugiados. El 60% del total estimado de 1.250.000 refugiados
en el territorio de Bosnia y Herzegovina y el 65% del total de 1.288.000 personas
desplazadas eran mujeres. No obstante, sus necesidades estaban muy lejos de
verse atendidas como era debido a pesar de los esfuerzos de numerosos grupos
femeninos, personalidades y organizaciones internacionales. Las necesidades
fundamentales de las mujeres refugiadas se relacionaban con la atención
de la salud, la nutrición, los servicios básicos de vivienda y
la responsabilidad por sus hijos.
Observaciones generales
736. Los miembros del Comité encomiaron el informe y acogieron con beneplácito
el hecho de que la representante asistiera a la reunión del Comité,
a pesar de la gravísima situación del país. Expresaron
su solidaridad femenina con las mujeres de Bosnia y Herzegovina y su profunda
preocupación por la perpetuación de la guerra y las violaciones
constantes de los derechos humanos, en particular los derechos humanos de la
mujer. Expresaron su consternación por los informes cotidianos de constantes
atrocidades, depuración étnica y actos de violencia dirigidos
contra la mujer y los niños, incluidas las violaciones en masa. Destacaron
que, en su calidad de miembros del Comité, tenían interés
en todo tipo de información adicional que pudiera permitir una mejor
comprensión y un mejoramiento de la situación de la mujer, proteger
sus derechos, mitigar sus sufrimientos y prevenir actividades que contravinieran
las normas internacionales de derechos humanos y las disposiciones de la Convención.
737. Se expresó la opinión de que los delitos contra la mujer
debían examinarse minuciosamente, al igual que cualesquiera otras violaciones
de los derechos humanos. Debían instituirse las actuaciones judiciales
correspondientes. Debía ponerse fin a la guerra actual y asegurar una
paz duradera y justicia para todas las partes.
Cuestiones generales
738. Al preguntársele si existía algún mecanismo concreto
para la prestación de ayuda humanitaria y jurídica a la mujer,
e información acerca de sus derechos y de la Convención, la representante
respondió que no tenía conocimiento de que existiera un mecanismo
concreto encargado de abordar por separado las cuestiones de la mujer. La población
tenía en esos momentos necesidades mucho más inmediatas y perentorias
que el Gobierno tenía que abordar, como la falta de agua, alimento, combustible
y otros artículos de primera necesidad, medicamentos y vivienda en las
ciudades sitiadas. Las iniciativas y estructuras relacionadas con el adelanto
de la mujer habían existido antes de la guerra. No obstante, en el próximo
informe se suministrarían nuevos detalles.
739. Otras preguntas se relacionaron con la asistencia concreta prestada a las
mujeres víctimas de violación; el número exacto de centros
terapéuticos y de rehabilitación para las mujeres víctimas
de la violencia; y la manera en que la mujer participaba en su organización.
Se preguntó también si era útil que la opinión pública
internacional y los medios de información denunciaran esas violaciones.
740. En su respuesta, la representante dijo que había centros que se dedicaban concretamente a atender a las mujeres con traumas, mediante psicoterapia, consultas y otras formas de asistencia para mitigar su difícil situación. Si bien esos centros prestaban asistencia a mujeres víctimas de violación, también eran accesibles a otras víctimas de la guerra para que no se impusieran calificativos ni se singularizara a la mujer violada. No estaba en condiciones de suministrar información amplia acerca de esos centros, y dijo que todo tipo de ayuda de la comunidad internacional para reducir las consecuencias de esta traumática situación era útil.
741. Respecto de la petición de que se suministrara más información
sobre la manera en que se había calculado la cifra de 25.000 mujeres
víctimas de violación, la representante dijo que era difícil
compilar todas las pruebas en condiciones de guerra. Algunos campamentos eran
inaccesibles incluso para los equipos oficiales de investigación y a
menudo se habían reubicado o clausurado cuando se había avisado
de una inspección. Ciertas partes del país habían sido
inaccesibles hasta ese momento. Además, muchas mujeres no estaban dispuestas
a prestar testimonio, sino más bien preferían olvidar la tragedia
y seguir su vida. De manera que los datos compilados por la Comisión
Estatal se habían basado en los informes de diversas comisiones, testimonios
de mujeres, información suministrada por grupos de mujeres y por refugiadas.
La cifra de 25.000 se había calculado cuidadosamente y considerado como
un mínimo. Señaló además la necesidad de distinguir
entre las violaciones que se sabía ocurrían en condiciones de
guerra y desorden y las violaciones genocidas de mujeres en su país,
que era una cuestión de política y se realizaba como medio de
guerra para lograr los objetivos de depuración étnica, humillar
a la nación y al grupo étnico, embarazar a la mujer para recordarle
el terror e impedir tanto a ella como a su familias tener una vida normal. Por
esa razón, eran muy importantes los intentos de educar a la sociedad
de manera de ayudar a las víctimas a enfrentar esa situación.
742. Las expertas preguntaron también quién se ocupaba concretamente
de las consecuencias de la violencia contra la mujer, incluidos los embarazos
forzosos, qué medidas habían adoptado el Gobierno y las organizaciones
no gubernamentales a ese respecto y si había grupos femeninos de ayuda.
Se formularon preguntas acerca de si la mujer víctima de violación
tenía posibilidades de abortar, en caso de que optara por ello; cuál
era la situación jurídica de los niños nacidos como resultado
de la violación y si las familias los acogían o eran colocados
en orfanatos.
743. En su respuesta, la experta dijo que en la prestación de asistencia
a la mujer con trauma, el Gobierno no podía ir mucho más allá
de las medidas ya explicadas en su exposición. La preocupación
cotidiana por cuestiones tan esenciales como el suministro de combustible, alimento,
ropa, medicamentos; el mantenimiento y la reconstrucción de los sistemas
de electricidad, acueducto, telecomunicaciones y transporte; la reparación
de viviendas, albergues y hospitales que sufragaba totalmente el Gobierno. Además,
la guerra todavía no había terminado y cada día se creaban
nuevas demandas. No se contaba con información acerca del número
de abortos practicados como resultado de las violaciones. Sin embargo, cabía
suponer que algunas mujeres decidieran parir al hijo sin admitir ni analizar
el hecho de que había sido concebido como resultado de una violación.
A pesar de ello, había también casos de abortos autoinducidos
notificados por algunas organizaciones comunitarias. Si bien la ley permitía
el aborto, no siempre se podía poner en práctica debido a la escasez
de suministros médicos. No se contaba con información concreta
acerca de los niños nacidos como resultado de los embarazos forzosos
o de la incidencia de las violaciones. Numerosas organizaciones no gubernamentales
llevaban a cabo diversas formas de actividades médicas, psicológicas
y terapéuticas encaminadas a prestar asistencia a esas mujeres y a ayudarlas
a afrontar esa situación y a seguir viviendo. Otras organizaciones no
gubernamentales centraban su atención en la reunión de datos y
testimonios de mujeres víctimas de violación a fin de preparar
actuaciones judiciales, incluida la futura presentación de casos en el
Tribunal Internacional para el enjuiciamiento de los presuntos responsables
de las violaciones graves del derecho internacional humanitario cometidas en
el territorio de la ex Yugoslavia desde 1991. Esos grupos femeninos solían
recibir ayuda y capacitación de las redes femeninas de otros países,
principalmente de Occidente.
744. Con respecto a la posibilidad de que el Tribunal Internacional se ocupara
de los casos de violencia, se preguntó si las víctimas de esas
actividades, consideradas por primera vez como crímenes de guerra y no
como actos individuales de violencia, recibirían indemnización
por ser víctimas de tortura y asistencia especial del Gobierno. La indemnización
a mujeres víctimas debería formar parte del acuerdo de paz.
745. Al responder a esas afirmaciones, la representante dijo que su Gobierno
atribuía gran importancia al establecimiento del Tribunal Internacional
que se encargaría de juzgar los casos de crímenes de guerra y
que consideraba esencial que la violación figurara en la lista de crímenes
de guerra. Esa decisión establecería un precedente jurídico
importante. La cuestión de la indemnización monetaria a las mujeres
víctimas de violación se trataría en el próximo
informe de su Gobierno. No obstante, su Gobierno consideraba esa cuestión
en el contexto de los crímenes de guerra, consideraba la violación
como un arma de guerra y un instrumento de la política de depuración
étnica.
746. Al preguntársele sobre los casos de violación de derechos
humanos de las mujeres por miembros de las fuerzas armadas o por individuos
de Bosnia y Herzegovina, la representante respondió que, si bien en su
informe el Relator Especial señalaba que todas las partes habían
cometido actos de violencia contra la mujer, la mayoría de esos actos
habían sido perpetrados por serbios contra musulmanas. Cuando comenzó
la agresión contra Bosnia y Herzegovina no había ejército
en su país, y los ciudadanos habían organizado la defensa de manera
espontánea. Por esa razón, habían ocurrido algunos casos
de violencia contra la mujer, con intenciones de venganza y algunos actos de
violencia relacionados con la guerra. De ser descubiertos, esos casos serían
castigados por las autoridades con la expulsión del ejército o
la detención. El Gobierno también había tomado medidas
para prevenir esos actos.
747. Se señaló a la atención la pertinencia de la recomendación
general 19 del Comité relativa a las cuestiones de la violencia contra
la mujer y la Declaración de 1974 sobre la protección de la mujer
y el niño en estado de emergencia o de conflicto armado (resolución
3318 (XXIX) de la Asamblea General. Se hizo hincapié en la obligación
de los gobiernos de eliminar la discriminación y los casos de violencia
cometidos por las autoridades públicas, así como por individuos
y entablar el juicio correspondiente. Se preguntó si el Gobierno de Bosnia
y Herzegovina había adoptado medidas para prevenir la violencia, proteger
a la mujer y a los niños y eliminar el odio, y si el Comité podría
ayudar al respecto. Se preguntó además sobre la función
que desempeñaban las organizaciones femeninas a ese respecto.
748. Al responder a la pregunta acerca de las políticas oficiales de
asistencia a las familias en tiempo de guerra, la representante dijo que, si
bien la capacidad del Gobierno había sido muy limitada y centrada en
las necesidades inmediatas y básicas de la sociedad, la cuestión
se había tratado en los medios de información de masas; había
centros de asesoramiento a las familias y se estaba tratando de sensibilizar
acerca de la importancia de la familia para sus miembros.
749. Al responder a preguntar relacionadas con las necesidades médicas
de la mujer, en particular, las necesidades concretas de las mujeres víctimas
de violación, y la condición general de los servicios de salud,
la representante dijo que, si bien el nivel de servicios médicos había
sido muy alto en el pasado, la guerra había causado una enorme destrucción
y carecían de equipo básico y medicamentos. Por esa razón,
la capacidad de esos servicios se veía seriamente limitada, y continuaba
siendo afectada a diario por los bombardeos y el estado de sitio.
750. Respecto de la petición de prestar asistencia al Comité para
que recabara ayuda práctica para la mujer al más alto nivel de
las Naciones Unidas y la cuestión de la asistencia que están prestando
a la mujer organizaciones internacionales gubernamentales y no gubernamentales,
la representante respondió que esas organizaciones habían estado
haciendo mucho para mitigar el sufrimiento de la población, pero no habían
logrado poner fin a la guerra, que era la causa de la situación imperante.
Algunas organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, como la Oficina del
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y las organizaciones
no gubernamentales humanitarias contribuían al suministro de artículos
de primera necesidad y de asistencia, prestaban atención médica
en casos graves que requerían el traslado de los pacientes al exterior,
e impartían capacitación a los grupos femeninos locales en el
tratamiento de mujeres con trauma. Sin embargo, no se disponía de mucha
asistencia del exterior debido al estado de sitio impuesto a algunas ciudades
y poblados más pequeños, al bloqueo de los puertos y al bombardeo
del transporte. Una de las expertas preguntó cuál sería
la forma de asistencia que las mujeres de Bosnia y Herzegovina necesitaban más
de las mujeres de los países de Occidente.
751. En relación con la observación hecha acerca de la importancia
de la plena participación de la mujer en todas las esferas de la vida
para el futuro del país y refiriéndose a una petición de
que se suministrara más información acerca de la participación
y de la función de la mujer en los organismos de adopción de decisiones
a nivel de Gobierno y a nivel local, así como en las negociaciones de
paz y los debates acerca del futuro del país, la representante dijo que
los datos se suministrarían en el siguiente informe. Recalcó además
que había muchas mujeres en el servicio exterior y que una mujer ocupaba
el puesto decisivo de embajadora ante Croacia.
752. Respecto de las preguntas acerca de la situación de las mujeres
y los niños refugiados, su seguridad, necesidades concretas y los servicios
que requerían, la representante declaró que su situación
era cada vez más difícil ya que la mayoría de ellos vivía
en el territorio de Bosnia y Herzegovina, que ya venía padeciendo seriamente
por la guerra y la escasez de artículos de primera necesidad y de servicios
esenciales; y que continuaba la corriente de refugiados desde las zonas afectadas
por la guerra hacia los campamentos de refugiados. Muchos refugiados habían
perecido o habían sufrido lesiones en su búsqueda de seguridad
y era difícil protegerlos. La asistencia internacional tenía particular
importancia a este respecto, incluida la aceptación de muchos refugiados
por otros países.
Observaciones finales del Comité
753. El Comité encomió a la representante de Bosnia y Herzegovina
por presentar su informe con carácter extraordinario, a pesar de la lamentable
situación reinante en su país y por responder a la mayor parte
de las preguntas planteadas por los miembros del Comité.
754. El Comité tomó nota de la información proporcionada
sobre la violación masiva de mujeres como un instrumento de depuración
étnica y de otros tipos de violaciones de los derechos humanos de la
mujer, y recordó que siempre había condenado la violencia contra
la mujer en todas sus formas.
755. Por consiguiente, el Comité expresó su pleno apoyo y solidaridad
a todas las mujeres de Bosnia y Herzegovina que atravesaban esa triste situación
en una guerra lamentable.
756. El Comité condenó en los términos más enérgicos
posibles la utilización de las violaciones y de las transgresiones de
los derechos de la mujer como instrumento de guerra y exhortó a todas
las mujeres de Bosnia y Herzegovina a que reaccionaran. Desde ese momento en
adelante las mujeres podían aumentar su visibilidad, tanto en el plano
gubernamental como en el no gubernamental. El Comité esperaba que de
esa manera las mujeres generaran la voluntad política necesaria para
lograr que cambiara esa situación y terminara la guerra.
757. El Comité exhortó al Gobierno, por su parte, a que hiciera todo lo posible por poner fin a las violaciones y por proteger los derechos humanos de las mujeres que, como siempre, eran particularmente vulnerables en esta lamentable guerra fratricida.