Cuba
En sus sesiones 294ª y 295ª, celebradas el 22 de enero de 1996 (véanse
CEDAW/C/SR.294 y 295), el Comité examinó los informes periódicos
segundo y tercero de Cuba, unificados en un solo documento (CEDAW/C/CUB/2-3
y Add.1).
Al presentar el informe unificado, la representante de Cuba recordó que
su país había sido el primero en firmar y el segundo en ratificar
la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer, lo que constituía un triunfo histórico para el
país y ponía de relieve la importancia que éste atribuía
a la Convención. No obstante, las políticas de promoción
de la mujer ya habían empezado a aplicarse en 1959, a raíz de
la revolución y actualmente todavía tenían prioridad.
A pesar de las circunstancias económicas y políticas que afectaron
a Cuba después de 1989, con el endurecimiento del blanqueo económico
impuesto por los Estados Unidos de América, que tuvo graves repercusiones
en la situación de las mujeres y los niños y produjo un deterioro
de la calidad de vida de la población, el país no había
dejado de avanzar hacia la consecución de la plena igualdad entre los
sexos.
La representante se disculpó por el hecho de que el informe no cumpliera
las directrices generales del Comité y contestó a las preguntas
escritas que le hicieron sus miembros con respecto a la aplicación de
los artículos de la Convención.
Dijo que la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer constituía una de las metas principales del Gobierno
de Cuba y que tanto éste como la Federación de Mujeres Cubanas
vigilaban constantemente su aplicación jurídica y práctica.
Los ministerios y las instituciones competentes habían elaborado y difundido
programas destinados a modificar las actitudes socioculturales que informaban
las relaciones entre mujeres y hombres y a educar a éstas en sus derechos.
La tasa de escolarización de los niños de 6 a 14 años de
edad era actualmente del 99%. Las niñas, que están representadas
en todos los niveles, constituían el 58% de la matrícula de los
estudios superiores. En las últimas elecciones parlamentarias participó
el 98,7% de la población. No obstante, seguía habiendo más
hombres que mujeres en cargos de dirección política.
Las mujeres representaban el 40,6% de la población activa del país,
ese porcentaje constituía un leve incremento en relación con la
cifra registrada en 1989, a pesar del acusado descenso de la producción
y de las consiguientes reformas para reestructurar el empleo, las mujeres no
habían sido las más afectadas. Se estaban haciendo esfuerzos para
impartir a las mujeres más formación profesional y brindarles
más oportunidades de redespliegue laboral, incluidas medidas especiales
para las familias con jefe de familia femenino. El Gobierno estaba estudiando
la cuestión de las diferenciales de salarios.
A pesar de que la buena salud de las mujeres era un gran logro, el embargo afectaba
actualmente a la dieta diaria de mujeres y niños. Además, era
necesario insistir en la prevención y la disminución de riesgos.
Las mujeres tenían una esperanza de vida de 77,6 años y la mortalidad
infantil había disminuido de manera sostenida. Aunque había descendido
al 6,4 por 1.000 la tasa de mortalidad materna por aborto seguía siendo
la causa principal de mortalidad materna.
Las mujeres tenían derecho a conservar su nacionalidad y la de sus hijos
después de casadas. La representante dijo que la violación del
derecho a la igualdad era un delito penal en su país y que, en los casos
de violencia contra la mujer, la ley la protegía. Se estaba tratando
de mejorar la educación de las prostitutas y de sus familias, pues había
habido un resurgimiento de la prostitución en años recientes.
Las mujeres gozaban de los mismos derechos que los hombres en cuanto a los créditos
y préstamos bancarios y tenían derecho a poseer tierras en igualdad
de condiciones con los hombres.
Respecto a las actividades complementarias de la Declaración y la Plataforma
de Acción de Beijing, la representante indicó que se había
iniciado un proceso de información y debate de gran escala sobre las
obligaciones contraídas en virtud del documento de Beijing, con la participación
de las mujeres y de toda la sociedad.
Observaciones finales del Comité
Introducción
El Comité agradeció a la representante del Gobierno de Cuba las
respuestas detalladas que había dado a las preguntas escritas que se
le habían enviado antes de la sesión. Aunque observó que
en sus informes segundo y tercero unificados Cuba no se había atenido
enteramente a sus directrices, el Comité tomó nota de que había
brindado información suficiente sobre la aplicación de la Convención
para ilustrar los progresos que seguía haciendo el país en el
ámbito de los derechos de la mujer. El Comité observó con
beneplácito que en la delegación figuraran representantes de alto
nivel pertenecientes a instituciones de promoción de la mujer.
Factores y dificultades que afectaban a la aplicación
de la Convención
El Comité tomó nota de los efectos negativos del embargo económico
en el país. Ello, unido a la disolución de la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas y de sus aliados socialistas,
con los que Cuba había mantenido estrechos lazos económicos, sociales
y de cooperación, tenía graves repercusiones en la economía
cubana. De resultas de ello, algunos de los programas encaminados a promover
la igualdad de oportunidades y a erradicar los estereotipos de género
se habían recortado o suspendido y la situación alimentaria había
empeorado en general.
Aspectos positivos
El Comité observó que la legislación cubana era progresista
en sus disposiciones por las que afirmaba la igualdad de los sexos y que la
discriminación estaba tipificada como delito.
El Comité tomó nota con satisfacción del apoyo que brindaba
el Gobierno al trabajo de la Federación de Mujeres Cubanas que representaba
al 90% de las mujeres del país.
El Comité observó también con satisfacción que había
aumentado notablemente el número de mujeres en todos los niveles y esferas
de la educación, en una amplia gama de ocupaciones, incluidas la ciencia
y la tecnología, la medicina, los deportes, etc. y, en particular, en
la formulación de la política en los planos local, nacional e
internacional.
El Comité observó que había habido una disminución
sostenida de la mortalidad materna, debido en gran medida a la mejora de la
atención a las embarazadas y de la atención de los niños
en los primeros años de vida. Asimismo, tomó nota de que se había
proclamado como derecho humano fundamental la libertad de decidir el número
y el espaciamiento de los nacimientos.
El Comité tomo nota de que la tasa de deserción escolar de las
jóvenes había disminuido y se habían elaborado planes de
educación de adultos destinados a las mujeres.
El Comité observó con satisfacción que el Gobierno había
hecho los ajustes necesarios para que el extraordinario retroceso de la economía
no afectara en particular a las mujeres y éstas no fueran las únicas
que sufrieran las consecuencias de la situación.
Principales temas de preocupación
El Comité observó que el Gobierno tenía intención
de mantener sus reservas con respecto al artículo 29. Preocupaba al Comité
que se perdieran determinados progresos que favorecían a las mujeres,
debido al embargo y a las consiguientes restricciones económicas.
El Comité observó que los estereotipos de género perduraban
a pesar de los elevados índices de matriculación escolar y que
las tareas domésticas y el cuidado de los niños seguían
siendo responsabilidad de las mujeres.
El Comité señaló la necesidad de ampliar la participación
de la mujer en las altas esferas del poder político.
El Comité señaló que, debido a que tradicionalmente las
mujeres ganaban menos, se discriminaba indirectamente contra ellas en los salarios.
Se expresó preocupación por la falta de información sobre
las mujeres en los sindicatos.
El Comité tomó nota con cierto escepticismo de que, según
las informaciones, la violencia doméstica fuera poco frecuente y no se
considerara un problema social.
El Comité tomó nota también de que la situación
económica provocada en el país por el embargo económico
había producido una grave escasez de productos esenciales como medicamentos
y dispositivos anticonceptivos, lo que había planteado problemas a la
población en general y a las mujeres en particular.
El Comité estaba preocupado por el resurgimiento de la prostitución
en el país, como consecuencia de la expansión del turismo y de
los problemas económicos a que hacían frente las mujeres.
Propuestas y recomendaciones
El Comité recomendó que se reunieran datos desglosados por sexo
con respecto al número de denuncias por discriminación.
Deberían llevarse a cabo encuestas y estudios para determinar el grado
y los efectos de la violencia contra la mujer, sobre todo de la violencia doméstica,
aun en los casos en que no se denunciara, y tomar medidas de conformidad con
la recomendación general 19.
Deberían reactivarse lo antes posible los programas que habían
resultado satisfactorios en la lucha contra los prejuicios y los estereotipos
sexistas, como "Mujeres", "Muchachas" y "Perfil F",
ya que ayudaban a elucidar las actitudes de hombres y mujeres que había
que modificar, sobre todo en cuanto se refería a la necesidad de compartir
el cuidado y la educación de los niños, en consonancia con el
artículo 5 de la Convención y con la recomendación general
21.
El Gobierno debería hacer todo lo posible por atender a la demanda de
anticonceptivos. Deberían realzarse los programas especiales de información
sobre enfermedades venéreas, especialmente el VIH/SIDA, dirigidos a las
jóvenes, sobre todo a las que se dedicaban a la prostitución,
con arreglo a la recomendación general 15.
Debería hacerse todo lo posible por controlar aún más el
resurgimiento de la prostitución y reforzar las medidas de rehabilitación
comunitaria hacia las mujeres que la ejercen y no atribuir la responsabilidad
de la prostitución a ellas exclusivamente. Deberían incrementarse
las medidas para reprimir a los proxenetas y a los clientes que violan los derechos
de estas mujeres.
Era necesario llevar a cabo un estudio empírico para determinar si las
mujeres percibían los mismos sueldos o salarios que los hombres por un
trabajo de igual valor y obtener datos sobre la segregación profesional
y su relación con los ingresos.
El Comité pidió que en el próximo informe periódico
se brindara más información sobre la mujer en el mercado laboral
y sus niveles de ingresos. El Comité desearía que en los informes
subsiguientes se facilitara más información sobre la situación
de las mujeres en los sindicatos.
El Comité señaló la necesidad de que se ampliara la participación
de la mujer en los niveles más altos del poder político y sugirió
que se continuara procurando que las mujeres tuvieran una voz efectiva en las
decisiones que afectaban a sus vidas.