Filipinas
El Comité examinó los informes periódicos tercero y cuarto
de Filipinas (CEDAW/C/1997/PHI/3 y 4)** En la 313ª sesión se informó
al Comité de que su Mesa había renunciado a la aplicación
de la norma general relativa a la publicación simultánea de los
documentos oficiales en todos los idiomas de trabajo del Comité, y éste
acordó examinar el documento CEDAW/C/1997/PHI/4 sobre la base de su versión
en inglés editada. en sus sesiones 327ª y 328ª, celebradas
el 27 de enero de 1997 (véanse CEDAW/C/SR.327 y 328). Las representantes,
incluida la Presidenta de la Comisión Nacional sobre el Papel de la Mujer
Filipina, presentaron un documento de tres partes que contenía amplias
respuestas a las preguntas del grupo de trabajo anterior al período de
sesiones del Comité. Dicho documento había sido preparado con
la colaboración de organismos ministeriales y organizaciones no gubernamentales.
Se informó al Comité de las diversas medidas que había
adoptado el Gobierno en aplicación de la Convención. Se había
elaborado un plan perspectivo de 30 años en el que figuraba información
sobre la condición jurídica y social de la mujer en todos los
sectores y se estipulaban las medidas que habían de adoptarse para alcanzar
la plena igualdad entre mujeres y hombres. La política del Gobierno consistía
en aplicar un criterio que integrase la perspectiva de género para la
mitigación de la pobreza. Asimismo, la Comisión Nacional sobre
el Papel de la Mujer Filipina tenía acceso directo al nivel más
alto de determinación de políticas. El compromiso del Gobierno
también se había traducido en la garantía de financiación
con cargo al presupuesto nacional para mejorar la vida de las mujeres. Además,
se informó al Comité de que se habían logrado progresos
considerables en las esferas de la salud y la educación de la mujer.
Al mismo tiempo, la representante de Filipinas reconoció que, si bien
se había logrado avanzar desde que fuera examinado el segundo informe
del Estado Parte, aún quedaba mucho por hacer antes de que la Convención
pudiera ser plenamente aplicada en el país. También señaló
la ausencia de un mecanismo eficaz para supervisar la aplicación de la
Convención. Describió la política oficial de descentralización
como un obstáculo importante a la aplicación efectiva de la Convención.
La representante observó que, no obstante la rápida recuperación
económica, las mujeres de Filipinas habían sufrido desproporcionadamente
los efectos de la pobreza, lo que contribuía al incesante aumento del
número de mujeres que trabajaban en el extranjero. Las mujeres de las
zonas rurales se habían visto particularmente afectadas y habían
tenido que migrar en gran número tanto a las zonas urbanas como al extranjero.
La representante informó de que esto era motivo de grave preocupación
para el Gobierno de Filipinas, el cual había establecido, entre otras
cosas, centros de supervisión, servicios de asesoramiento y programas
de apoyo con fines concretos, así como la prestación de asistencia
social. Se informó al Comité de que la mayoría de las mujeres
que emigraban trabajaban como artistas y como empleadas domésticas. Esos
empleos a menudo las colocaban en una posición muy vulnerable y las exponían
al riesgo de violencia. A ese respecto, la representante reconoció que
era preciso hacer mayores esfuerzos para establecer sistemas más eficaces
que permitiesen responder a las necesidades y problemas particulares de las
trabajadoras migratorias.
La representante señaló a la atención del Comité
el aumento de los delitos de violencia contra la mujer. El Gobierno había
adoptado diversas medidas para combatirlos, de conformidad con la recomendación
general 19 del Comité sobre la violencia contra la mujer. Se informó
al Comité de que se habían creado diversos sistemas de apoyo,
incluidos albergues para mujeres y una línea de ayuda abierta las 24
horas. También se habían propuesto varios proyectos de ley, por
ejemplo, sobre la violación y la violencia doméstica, como resultado
de la labor de defensa de las organizaciones no gubernamentales y organismos
gubernamentales. Sin embargo, estaba por verse si podrían aplicarse efectivamente.
El Gobierno era consciente de que había que eliminar los estereotipos
de género prevalecientes y organizar al respecto una campaña de
información pública.
También se informó al Comité de que la prostitución
era ilegal en Filipinas. Sin embargo, la representante señaló
que se habían producido cambios en la opinión pública sobre
el tema, que era objeto de un intenso debate en el país.
La representante de Filipinas terminó su presentación dando seguridades
al Comité del compromiso de su Gobierno en relación con el adelanto
de la mujer.
Observaciones finales del Comité
Introducción
El Comité acogió con agrado la presentación del Gobierno
de Filipinas, y lo felicitó en particular por la excelente calidad de
su cuarto informe periódico, que contenía información detallada
sobre la aplicación de la Convención de conformidad con las directrices
del Comité. En el informe figuraba una reseña amplia de las medidas
jurídicas y administrativas adoptadas por el Gobierno de Filipinas, y
el análisis indicaba una comprensión adecuada de los problemas
que obstaculizaban el adelanto de la mujer. Al mismo tiempo, faltaban datos
concretos, incluidas estadísticas sobre los efectos reales de los programas
y políticas oficiales. El Comité aplaudió la iniciativa
del Gobierno de colaborar con las organizaciones no gubernamentales en la preparación
del informe y se mostró particularmente complacido por la manera abierta
y sincera en que el mecanismo nacional se disponía a determinar cuáles
eran los principales obstáculos a la eliminación de la discriminación
contra la mujer.
Factores y dificultades que afectan a la aplicación de la Convención
El Comité tomó nota de las principales políticas económicas
emprendidas por el Gobierno, incluso los acuerdos económicos y comerciales
de alcance regional y mundial, que tendrían profundas repercusiones en
la situación de la mujer. En particular, la orientación hacia
la liberalización económica y la privatización podrían
tener graves repercusiones sobre la posición económica de las
mujeres, especialmente las que habitaban en las zonas de libre comercio y las
zonas rurales. Preocupaba al Comité la posibilidad de que se exacerbara
la tendencia a la feminización de la migración y sus problemas
asociados, incluida la violencia contra las trabajadoras migratorias.
Aspectos positivos
El Comité acogió con agrado la adopción oficial del Plan
de Filipinas para un desarrollo en que se tenga en cuenta el género,
1995-2025, así como los objetivos de política prioritarios fijados
por el mecanismo nacional para la mujer con objeto de aplicar la Plataforma
de Acción de Beijing e incorporar el género y el desarrollo en
todas las instancias del Gobierno.
El Comité elogió la decisión de asignar un porcentaje determinado
de todos los presupuestos gubernamentales a programas y proyectos diseñados
concretamente para la mujer, y alentó a que se aumentara el porcentaje
mínimo asignado.
El Comité tomó nota con satisfacción de las diversas medidas
que se habían adoptado en el intervalo entre los informes periódicos
tercero y cuarto, como la prestación de asistencia en materia de créditos
a las mujeres, las leyes que prohibían el acoso sexual, el aumento del
salario mínimo para las empleadas domésticas y el incremento de
las prestaciones de maternidad y paternidad para los empleados.
El Comité se felicitó de la información sobre una consulta
inicial para medir el trabajo no remunerado de la mujer dentro de una cuenta
satélite del sistema económico nacional.
Asimismo, el Comité encomió el aumento de las organizaciones no
gubernamentales de mujeres que trabajaban a nivel popular y su contribución
importante al adelanto de la mujer, evidente en los informes del Estado Parte.
El Comité observó complacido el nivel excepcionalmente alto de
alfabetización (93%) de la mujer filipina.
Principales esferas de preocupación
El Comité tomó nota con preocupación de las deficiencias
en lo tocante a mecanismos de supervisión e indicadores para medir el
efecto de las políticas y los programas gubernamentales, así como
a leyes y directrices y reglamentos administrativos, especialmente a nivel local.
El Comité manifestó su grave preocupación por las reformas
económicas que por una parte habían tenido como resultado un crecimiento
del producto nacional bruto (PNB), pero por la otra un aumento de las diferencias
en las tasas de empleo de mujeres y hombres y la marginación económica
de la mujer. Aun a corto plazo, tales efectos negativos serían cada vez
más difíciles de corregir. Al parecer, la falta de medios de subsistencia
obligaba a las mujeres de las zonas rurales a migrar a las zonas urbanas, donde
el desempleo era más alto que nunca, y esto explicaría el gran
número de mujeres que trabajaban como prostitutas y la elevada proporción
de trabajadoras migratorias contratadas.
El Comité formuló observaciones sobre las leyes que se aplicaban
de forma discriminatoria contra las prostitutas y no contra los hombres que
actuaban como tratantes, proxenetas y clientes, y señaló además
que los exámenes médicos forzosos de las mujeres sin una atención
similar a los clientes masculinos, no podían ser una medida eficaz de
salud pública.
El Comité se manifestó profundamente preocupado por las deficiencias
del sistema jurídico en lo tocante a la violencia contra la mujer, en
vista de que no se sancionaba concretamente por ley el incesto y la violencia
doméstica, y más bien se guardaba silencio al respecto.
El Comité tomó nota de que la descentralización de los
servicios de población y desarrollo deberá hacerlos más
accesibles para la población. El Comité se sentía preocupado
porque, a menos que se contara con los recursos necesarios y los funcionarios
pertinentes estuvieran sensibilizados respecto de las cuestiones de género,
tal descentralización podría entorpecer el acceso de la mujer
a dichos servicios, lo cual contravendría las disposiciones de la Convención.
El Comité tomó nota con preocupación de que, no obstante
la creciente participación de la mujer en la adopción de decisiones
en la esfera pública, especialmente en las organizaciones no gubernamentales,
seguía habiendo una representación muy baja de mujeres en la política,
en los niveles superiores del Gobierno y en el sistema judicial.
Sugerencias y recomendaciones
El Comité instó al Gobierno de Filipinas a que adoptara una política
prioritaria para crear empleos seguros y protegidos para la mujer, como una
alternativa económica viable al actual desempleo de mujeres y a su empleo
por subcontrata y en el sector no estructurado de la economía, como trabajadoras
en las zonas de libre comercio, como prostitutas o como trabajadoras migratorias
por contrata.
El Comité sugirió que el Gobierno velara por que su política
económica no provocara un grado de marginación y explotación
que llevara a las mujeres a emigrar para obtener empleo, en detrimento de la
sociedad.
El Comité recomendó enérgicamente que el Gobierno fortaleciera
los organismos encargados de proporcionar información y servicios de
apoyo a las mujeres en vísperas de partir al extranjero para trabajar,
así como en los países de acogida, en casos de necesidad.
El Comité sugirió que las medidas destinadas a solucionar el problema
de la prostitución se centrasen en la penalización de los tratantes
y en la creación de otras oportunidades de empleo para la mujer.
El Comité encareció al Gobierno que promulgase leyes apropiadas
para combatir la violencia contra la mujer y reuniera los datos pertinentes.
Recomendó que se crearan servicios de salud reproductiva y sexual, incluidos
servicios de planificación de la familia y suministro de anticonceptivos,
y se pusieran al alcance de todas las mujeres en todas las regiones.
El Comité recomendó que se adoptaran medidas especiales de carácter
temporal para aumentar la participación de la mujer en los cargos públicos
superiores de adopción de decisiones.
El Comité indicó que era indispensable elaborar datos desglosados
por género en todas las esferas.
Para facilitar la aplicación de la Convención, el Comité
recomendó la creación de mecanismos de supervisión e indicadores
para medir el efecto de las políticas y los programas gubernamentales.
El Comité pidió al Gobierno de Filipinas que, en su próximo
informe, se refiriera a las preocupaciones señaladas en las presentes
observaciones finales e incluyera información sobre la aplicación
de las recomendaciones generales del Comité, así como información
relativa al seguimiento de la Plataforma de Acción de Beijing de conformidad
con las directrices revisadas del Comité para la presentación
de informes. También pidió que se divulgaran ampliamente las presentes
observaciones en todo el territorio de Filipinas.