University of Minnesota



Palabras pronunciadas por el Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Juez Hernán Salgado Pesantes en el Homenaje rendido al exPresidente de la Corte, Héctor Fix-Zamudio, reimprimido en 1998 Informe Anual de la Corte Interamericana de Derechos Humanos [539], OEA/Ser.L/V/III.43, doc. 11 (1999).


 

 

 

Nos hemos reunido en esta Institución, sede del pensamiento del Continente, para rendir un justo homenaje al amigo y maestro Héctor Fix-Zamudio: homenaje de respeto a quien se ha destacado por su saber jurídico, por su rectitud invariable en la actividad a él confiada, y homenaje de gratitud de parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por los relevantes servicios recibidos de quien fuera juez por el lapso de doce años y la presidiera durante seis.

Marco apropiado para rendir este merecido homenaje ha sido el celebrarlo en este lugar y con la distinguida presencia de todos ustedes, ciudadanos de diversas nacionalidades, embajadores, magistrados, docentes, representantes de organismos internacionales e invitados.  Esta reunión confiere un especial significado al acto, significado de amistad y de noble reconocimiento a la personalidad de Héctor Fix-Zamudio.

Bien pudiera referirme al hombre polifacético, amante del arte y de la ciencia, en cuya actividad múltiple están siempre presentes aquellos valores esenciales del convivir humano.  De carácter bondadoso pero firme en sus decisiones, espíritu conciliador, modesto en extremo, elocuente en su sencillez.

También, podría exaltar su sólida contextura moral que se manifiesta en la honestidad observada a través de toda una vida, sin dobleces ni ánimos mezquinos; ese vivir honesto que condensa la virtud o, como lo enseñaron los juristas romanos clásicos, apareja la eterna búsqueda de la justicia.

Precisamente hablar de la justicia es encaminarse hacia el Derecho, lo cual es adecuado -en este momento- para tomar la faceta jurídica de nuestro homenajeado e intentar hacer un elogio del brillante jurista de trayectoria internacional; del investigador de largas vigilias y escritor prolífico.

Su enorme producción se concreta en dieciséis libros jurídicos y alrededor de doscientos cincuenta artículos especializados, incluyendo monografías y valiosas traducciones de renombrados juristas.  Cultor eximio del derecho procesal y del derecho constitucional, del derecho comparado y de los derechos humanos.  En este último ámbito, a la teoría unió la praxis y contribuyó a la tutela efectiva de los derechos de la persona.

El paso de Héctor Fix-Zamudio por la Corte Interamericana dejó estelas de sabiduría jurídica y de calidad humana.  Son muchos los beneficios que recibió el Tribunal con su permanencia por dos períodos de 1986 a 1997.  Durante sus presidencias (1990-93 y 1994-96) buscó afanosamente mejorar el presupuesto general de la Corte, para lo cual hubo de venir a esta Organización a defender con vehemencia dichos rubros.

En su primera presidencia realizó las gestiones preparatorias -que luego culminaron con éxito- para lograr que el Gobierno de Costa Rica, en ese entonces bajo la administración de Calderón Fournier, donara el edificio donde se encuentra ubicada la sede de la Corte.  En materia procesal, su vasta experiencia jugó un papel importante en las discusiones para la aprobación de los reglamentos de la Corte de 1991 y del que nos rige actualmente desde 1997.

No es aventurado decir que todos quienes nos honramos con haber sido sus colegas en la Corte mucho aprendimos del maestro erudito, del jurista lúcido y del amigo entrañable.

Si la gratitud ennoblece a los hombres, también engrandece a las instituciones.  Frente a ese aporte personal de Héctor Fix-Zamudio la Corte creyó necesario rendirle un sincero tributo de agradecimiento con algo que guardara relación con lo que él más se identifica: su pasión por la investigación jurídica.

El liber amicorum en honor del doctor Fix-Zamudio es, sin duda, el mejor homenaje que podíamos hacerle: más de noventa artículos plasmados en dos tomos que suman más de 1700 páginas sobre los más diversos temas de actualidad en el campo de los derechos humanos, derecho internacional, derecho constitucional y derecho procesal, especialmente.

Pocos juristas a nivel mundial podrían convocar a tantos y tan distinguidos autores, colaboradores desinteresados, en una obra colectiva como la que presentamos el día de hoy.  Además de que esta obra colectiva servirá para dejar constancia de la gratitud de la Corte Interamericana al homenajeado, también se convertirá en un texto de consulta obligada para los cultores de la ciencia del Derecho y, al mismo tiempo, cumplirá la misión de promocionar y educar en derechos humanos, lo cual constituye una de las mayores preocupaciones de la OEA y de los órganos de protección interamericana creados para dichos efectos.

Permítaseme expresar un sincero agradecimiento a la Unión Europea por haber facilitado la totalidad de los costos de producción que hicieron posible la edición y publicación de esta importante obra jurídica.  Valga la oportunidad para destacar el compromiso que ha tomado la Unión Europea con la problemática de los derechos humanos en las Américas.

Conociendo la extrema modestia de nuestro homenajeado, estoy seguro que él hubiera preferido que no se hiciera mayor reseña de su persona, pero considero en extremo injusto para nuestros invitados que no supieran las muestras de afecto que todos los jueces de la Corte y el personal de la Secretaría le tenemos, a quien ha sido un servidor, un amigo y un ejemplo a seguir.

Antes de concluir, valga la ocasión para reiterar nuestro afecto invariable a doña María Cristina de Fix-Zamudio, dama inteligente, cordial y gentil; que ha sido el centro de gravitación familiar y la colaboradora silenciosa en la tarea académica de su esposo.

Mil gracias a todos los que aquí nos honran con su presencia en esta mañana.

 



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