Declaración
sobre la protección de todas las personascontra
las desapariciones forzadas, Aprobada
por la Asamblea General en su resolución 47/133 de 18 de diciembre 1992.
La Asamblea General,
Considerando que, de conformidad con los principios proclamados en la Carta de
las Naciones Unidas y otros instrumentos internacionales, el reconocimiento de
la dignidad inherente a todos los miembros de la familia humana y de sus derechos
iguales e inalienables es el fundamento de la libertad, la justicia y la paz en
el mundo,
Teniendo presente la obligación impuesta a los Estados por la Carta, en particular
por el Artículo 55, de promover el respeto universal y efectivo de los derechos
humanos y de las libertades fundamentales,
Profundamente preocupada por el hecho de que en muchos países, con frecuencia
de manera persistente, se produzcan desapariciones forzadas, es decir, que se
arreste, detenga o traslade contra su voluntad a las personas, o que éstas resulten
privadas de su libertad de alguna otra forma por agentes gubernamentales de cualquier
sector o nivel, por grupos organizados o por particulares que actúan en nombre
del gobierno o con su apoyo directo o indirecto, su autorización o su asentimiento,
y que luego se niegan a revelar la suerte o el paradero de esas personas o a reconocer
que están privadas de la libertad, sustrayéndolas así a la protección de la ley,
Considerando que las desapariciones forzadas afectan los valores más profundos
de toda sociedad respetuosa de la primacía del derecho, de los derechos humanos
y de las libertades fundamentales, y que su práctica sistemática representa un
crimen de lesa humanidad,
Recordando su resolución 33/173, de 20 de diciembre de 1978, en la cual se declaró
profundamente preocupada por los informes procedentes de diversas partes del mundo
en relación con la desaparición forzada o involuntaria de personas y conmovida
por la angustia y el pesar causados por esas desapariciones, y pidió a los gobiernos
que garantizaran que las autoridades u organizaciones encargadas de hacer cumplir
la ley y encargadas de la seguridad tuvieran responsabilidad jurídica por los
excesos que condujeran a desapariciones forzadas o involuntarias,
Recordando igualmente la protección que otorgan a las víctimas de conflictos armados
los Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949 y los Protocolos Adicionales
de 1977,
Teniendo en cuenta especialmente los artículos pertinentes de la Declaración Universal
de Derechos Humanos y del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
que garantizan a toda persona el derecho a la vida, el derecho a la libertad y
a la seguridad de su persona, el derecho a no ser sometido a torturas y el derecho
al reconocimiento de su personalidad jurídica,
Teniendo en cuenta además la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes, que dispone que los Estados partes deben tomar
medidas eficaces para prevenir y reprimir los actos de tortura,
Teniendo presente el Código de conducta para funcionarios encargados de hacer
cumplir la ley, los principios fundamentales sobre la utilización de la fuerza
y de armas de fuego por los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, la
Declaración sobre los principios fundamentales de justicia para las víctimas de
delitos y del abuso de poder, y las reglas mínimas para el tratamiento de los
reclusos,
Afirmando que para impedir las desapariciones forzadas es necesario asegurar el
estricto respeto del Conjunto de Principios para la protección de todas las personas
sometidas a cualquier forma de detención o prisión, que figuran en el anexo de
su resolución 43/173, de 9 de diciembre de 1988, así como de los Principios relativos
a una eficaz prevención e investigación de las ejecuciones extrajudiciales, arbitrarias
o sumarias, formulados por el Consejo Económico y Social en el anexo de su resolución
1989/65, de 24 de mayo de 1989, y aprobados por la Asamblea General en su resolución
44/162, de 15 de diciembre de 1989,
Teniendo presente que, si bien los actos que contribuyen a las desapariciones
forzadas constituyen una violación de las prohibiciones que figuran en los instrumentos
internacionales antes mencionados, es con todo importante elaborar un instrumento
que haga de todos los actos de desaparición forzada delitos de extrema gravedad
y establezca normas destinadas a castigarlos y prevenirlos,
1. Proclama la presente Declaración sobre la protección de todas las personas
contra las desapariciones forzadas como conjunto de principios aplicables por
todo Estado;
2. Insta a que se haga todo lo posible por dar a conocer y hacer respetar la Declaración;
Artículo 1
1. Todo acto de desaparición forzada constituye un ultraje a la dignidad humana.
Es condenado como una negación de los objetivos de la Carta de las Naciones Unidas
y como una violación grave manifiesta de los derechos humanos y de las libertades
fundamentales proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y reafirmados
y desarrollados en otros instrumentos internacionales pertinentes.
2. Todo acto de desaparición forzada sustrae a la víctima de la protección de
la ley y le causa graves sufrimientos, lo mismo que a su familia. Constituye una
violación de las normas del derecho internacional que garantizan a todo ser humano,
entre otras cosas, el derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica, el
derecho a la libertad y a la seguridad de su persona y el derecho a no ser sometido
a torturas ni a otras penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Viola,
además, el derecho a la vida, o lo pone gravemente en peligro.
Artículo 2
1. Ningún Estado cometerá, autorizará ni tolerará las desapariciones forzadas.
2. Los Estados actuarán a nivel nacional, regional y en cooperación con las Naciones
Unidas para contribuir por todos los medios a prevenir y a eliminar las desapariciones
forzadas.
Artículo 3
Los Estados tomarán medidas legislativas, administrativas, judiciales y otras
medidas eficaces para prevenir o erradicar los actos de desapariciones forzadas
en cualquier territorio sometido a su jurisdicción.
Artículo 4
1. Todo acto de desaparición forzada será considerado, de conformidad con el derecho
penal, delito pasible de penas apropiadas que tengan en cuenta su extrema gravedad.
2. Las legislaciones nacionales podrán establecer circunstancias atenuantes para
quienes, habiendo participado en actos que constituyan una desaparición forzada,
contribuyan a la reaparición con vida de la víctima o den voluntariamente informaciones
que permitan esclarecer casos de desaparición forzada.
Artículo 5
Además de las sanciones penales aplicables, las desapariciones forzadas deberán
comprometer la responsabilidad civil de sus autores y la responsabilidad civil
del Estado o de las autoridades del Estado que hayan organizado, consentido o
tolerado tales desapariciones, sin perjuicio de la responsabilidad internacional
de ese Estado conforme a los principios del derecho internacional.
Artículo 6
1. Ninguna orden o instrucción de una autoridad pública, sea ésta civil, militar
o de otra índole, puede ser invocada para justificar una desaparición forzada.
Toda persona que reciba tal orden o tal instrucción tiene el derecho y el deber
de no obedecerla.
2. Los Estados velarán por que se prohíban las órdenes o instrucciones que dispongan,
autoricen o alienten las desapariciones forzadas.
3. En la formación de los agentes encargados de hacer cumplir la ley se debe hacer
hincapié en las disposiciones de los párrafos 1 y 2 del presente artículo.
Artículo 7
Ninguna circunstancia, cualquiera que sea, ya se trate de amenaza de guerra, estado
de guerra, inestabilidad política interna o cualquier otro estado de excepción,
puede ser invocada para justificar las desapariciones forzadas.
Artículo 8
1. Ningún Estado expulsará, devolverá o concederá la extradición de una persona
a otro Estado cuando haya motivos fundados para creer que corre el riesgo de ser
víctima de una desaparición forzada.
2. Para determinar si hay tales motivos, las autoridades competentes tendrán en
cuenta todas las consideraciones pertinentes, incluida, cuando proceda, la existencia
en el Estado interesado de un conjunto de violaciones sistemáticas, graves, manifiestas
o masivas de los derechos humanos.
Artículo 9
1. El derecho a un recurso judicial rápido y eficaz, como medio para determinar
el paradero de las personas privadas de libertad o su estado de salud o de individualizar
a la autoridad que ordenó la privación de libertad o la hizo efectiva, es necesario
para prevenir las desapariciones forzadas en toda circunstancia, incluidas las
contempladas en el artículo 7 supra. 2. En el marco de ese recurso, las autoridades
nacionales competentes tendrán acceso a todos los lugares donde se encuentren
personas privadas de libertad, así como a todo otro lugar donde haya motivos para
creer que se pueden encontrar las personas desaparecidas.
3. También podrá tener acceso a esos lugares cualquier otra autoridad competente
facultada por la legislación del Estado o por cualquier otro instrumento jurídico
internacional del cual el Estado sea parte.
Artículo 10
1. Toda persona privada de libertad deberá ser mantenida en lugares de detención
oficialmente reconocidos y, con arreglo a la legislación nacional, presentada
sin demora ante una autoridad judicial luego de la aprehensión.
2. Se deberá proporcionar rápidamente información exacta sobre la detención de
esas personas y el lugar o los lugares donde se cumple, incluidos los lugares
transferencia, a los miembros de su familia, su abogado o cualquier otra persona
que tenga interés legítimo en conocer esa información, salvo voluntad en contrario
manifestada por las personas privadas de libertad.
3. En todo lugar de detención deberá haber un registro oficial actualizado de
todas las personas privadas de libertad. Además, los Estados tomarán medidas para
tener registros centralizados análogos. La información que figure en esos registros
estará a disposición de las personas mencionadas en el párrafo precedente y de
toda autoridad judicial u otra autoridad nacional competente e independiente y
de cualquier otra autoridad competente facultada por la legislación nacional,
o por cualquier instrumento jurídico internacional del que el Estado sea parte,
que desee conocer el lugar donde se encuentra una persona detenida.
Artículo 11
La puesta en libertad de toda persona privada de libertad deberá cumplirse con
arreglo a modalidades que permitan verificar con certeza que ha sido efectivamente
puesta en libertad y, además, que lo ha sido en condiciones tales que estén aseguradas
su integridad física y su facultad de ejercer plenamente sus derechos.
Artículo 12
1. Los Estados establecerán en su legislación nacional normas que permitan designar
a los agentes del gobierno habilitados para ordenar privaciones de libertad, fijen
las condiciones en las cuales tales órdenes pueden ser dadas, y prevean las penas
de que se harán pasibles los agentes del gobierno que se nieguen sin fundamento
legal a proporcionar información sobre una privación de libertad.
2. Los Estados velarán igualmente por que se establezca un control estricto, que
comprenda en particular una determinación precisa de las responsabilidades jerárquicas,
sobre todos los responsables de aprehensiones, arrestos, detenciones, prisiones
preventivas, traslados y encarcelamientos, así como sobre los demás agentes del
gobierno habilitados por la ley a recurrir a la fuerza y utilizar armas de fuego.
Artículo 13
1. Los Estados asegurarán a toda persona que disponga de la información o tenga
un interés legítimo y sostenga que una persona ha sido objeto de desaparición
forzada el derecho a denunciar los hechos ante una autoridad estatal competente
e independiente, la cual procederá de inmediato a hacer una investigación exhaustiva
e imparcial. Toda vez que existan motivos para creer que una persona ha sido objeto
de desaparición forzada, el Estado remitirá sin demora el asunto a dicha autoridad
para que inicie una investigación, aun cuando no se haya presentado ninguna denuncia
formal. Esa investigación no podrá ser limitada u obstaculizada de manera alguna.
2. Los Estados velarán por que la autoridad competente disponga de las facultades
y los recursos necesarios para llevar a cabo la investigación, incluidas las facultades
necesarias para exigir la comparecencia de testigos y la presentación de pruebas
pertinentes, así como para proceder sin demora a visitar lugares.
3. Se tomarán disposiciones para que todos los que participen en la investigación,
incluidos el denunciante, el abogado, los testigos y los que realizan la investigación,
estén protegidos de todo maltrato y todo acto de intimidación o represalia.
4. Los resultados de la investigación se comunicarán a todas las personas interesadas,
a su solicitud, a menos que con ello se obstaculice la instrucción de una causa
penal en curso.
5. Se tomarán disposiciones para garantizar que todo maltrato, todo acto de intimidación
o de represalia, así como toda forma de injerencias, en ocasión de la presentación
de una denuncia o durante el procedimiento de investigación, sean castigados como
corresponda.
6. Deberá poderse hacer una investigación, con arreglo a las modalidades descritas
en los párrafos que anteceden, mientras no se haya aclarado la suerte de la víctima
de una desaparición forzada.
Artículo 14
Los presuntos autores de actos de desaparición forzada en un Estado, cuando las
conclusiones de una investigación oficial lo justifiquen y a menos que hayan sido
extraditados a otro Estado que ejerce su jurisdicción de conformidad con los convenios
internacionales vigentes en la materia, deberán ser entregados a las autoridades
civiles competentes del primer Estado a fin de ser procesados y juzgados. Los
Estados deberán tomar las medidas jurídicas apropiadas que tengan a su disposición
a fin de que todo presunto autor de un acto de desaparición forzada, que se encuentre
bajo su jurisdicción o bajo su control, sea sometido a juicio.
Artículo 15
El hecho de que haya razones de peso para creer que una persona ha participado
en actos de naturaleza extremadamente grave como los mencionados en el párrafo
1 del artículo 4 supra, cualesquiera que sean los motivos, deberá ser tenido en
cuenta por las autoridades competentes de un Estado al decidir si conceder o no
asilo.
Artículo 16
1. Los presuntos autores de cualquiera de los actos previstos en el párrafo 1
del artículo 4 supraserán suspendidos de toda función oficial durante la investigación
mencionada en el artículo 13 supra.
2. Esas personas sólo podrán ser juzgadas por las jurisdicciones de derecho común
competentes, en cada Estado, con exclusión de toda otra jurisdicción especial,
en particular la militar.
3. No se admitirán privilegios, inmunidades ni dispensas especiales en tales procesos,
sin perjuicio de las disposiciones que figuran en la Convención de Viena sobre
Relaciones Diplomáticas.
4. Se garantizará a los presuntos autores de tales actos un trato equitativo conforme
a las disposiciones pertinentes de la Declaración Universal de Derechos Humanos
y de otros instrumentos internacionales vigentes en la materia en todas las etapas
de la investigación, así como en el proceso y en la sentencia de que pudieran
ser objeto.
Artículo 17
1. Todo acto de desaparición forzada será considerado delito permanente mientras
sus autores continúen ocultando la suerte y el paradero de la persona desaparecida
y mientras no se hayan esclarecido los hechos.
2. Cuando los recursos previstos en el artículo 2 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos ya no sean eficaces, se suspenderá la prescripción relativa
a los actos de desaparición forzada hasta que se restablezcan esos recursos.
3. De haber prescripción, la relativa a actos de desaparición forzada ha de ser
de plazo largo y proporcionado a la extrema gravedad del delito.
Artículo 18
1. Los autores o presuntos autores de actos previstos en el párrafo 1 del artículo
4 supra no se beneficiarán de ninguna ley de amnistía especial u otras medidas
análogas que tengan por efecto exonerarlos de cualquier procedimiento o sanción
penal.
2. En el ejercicio del derecho de gracia deberá tenerse en cuenta la extrema gravedad
de los actos de desaparición forzada.
Artículo 19
Las víctimas de actos de desaparición forzada y sus familiares deberán obtener
reparación y tendrán derecho a ser indemnizadas de una manera adecuada y a disponer
de los medios que les aseguren una readaptación tan completa como sea posible.
En caso de fallecimiento de la víctima a consecuencia de su desaparición forzada,
su familia tendrá igualmente derecho a indemnización.
Artículo 20
1. Los Estados prevendrán y reprimirán la apropiación de hijos de padres de víctimas
de una desaparición forzada o de niños nacidos durante el cautiverio de sus madres
víctimas de la desaparición forzada y se esforzarán por buscar e identificar a
esos niños para restituirlos a su familia de origen.
2. Habida cuenta de la necesidad de preservar el interés superior de los niños
mencionados en el párrafo precedente, deberá ser posible, en los Estados que reconocen
el sistema de adopción, proceder al examen de la adopción de esos niños y, en
particular, declarar la nulidad de toda adopción que tenga origen en una desaparición
forzada. No obstante, tal adopción podrá mantener sus efectos si los parientes
más próximos del niño dieran su consentimiento al examinarse la validez de dicha
adopción.
3. La apropiación de niños de padres víctimas de desaparición forzada o de niños
nacidos durante el cautiverio de una madre víctima de una desaparición forzada,
así como la falsificación o supresión de documentos que atestigüen su verdadera
identidad, constituyen delitos de naturaleza sumamente grave que deberán ser castigados
como tales.
4. Par tal fin, los Estados concluirán, según proceda, acuerdos bilaterales o
multilaterales.
Artículo 21
Las disposiciones de la presente Declaración son sin perjuicio de las disposiciones
enunciadas en la Declaración Universal de Derechos Humanos o en cualquier otro
instrumento internacional y no deberán interpretarse como una restricción o derogación
de cualquiera de esas disposiciones.